La Depresión ¿Dónde? Concéntrese en Dios
¿La Depresión? ¡No para mí! Si alguien debería estar bien deprimido, debería ser yo. En un año, mi vida dio un giro para peor. Perdí mi trabajo, el matrimonio fracasó, me quedé sin dinero y, lo que es peor, estoy hundido hasta las rodillas en deudas: deudas de tarjetas de crédito. Ahí lo tienes. Duermo bien por la noche, como bien y gozo de perfecta salud. La única pastilla que tomo es el Gospi- ll (Evangelio) y hasta aquí, a Dios sea la gloria; Estoy bien.
En medio de los desafíos de la vida, puede ser fácil sufrir depresión; quedar atrapado en la negatividad y sentirse abrumado por la tristeza. Sin embargo, encontré un antídoto poderoso que puede levantarte el ánimo y traernos paz tal como me levantó el ánimo. He descubierto que centrarme en Dios y tener pensamientos felices me hace sentir mejor. Verás, cuando la atención se desplaza hacia la presencia divina, me abro a un mundo de positividad y alegría y, si haces lo mismo, nunca te deprimirás sin importar lo que suceda a tu alrededor.
“Blessed be the God and Father of our Lord Jesus Christ, who has blessed us in Christ with every Spiritual Blessing in the Heavenly places”
Ephesians 1:3
Cuando dirijo mis pensamientos hacia Dios, accedo a una fuente infinita de amor, fortaleza y guía. Las promesas de Dios me recuerdan que no estoy solo en mis luchas y que siempre hay un poder superior cuidándome. Siempre creí que Dios era mi fuente y esta realización trae consuelo y seguridad; Dependo de Dios y Él me ayuda a navegar los momentos difíciles con un renovado sentido de esperanza. Cuanto más tiempo me concentro en Dios, menos tiempo paso preocupándome por cualquier otra cosa. En estos días, estoy enfocado en Dios y tengo la intención de permanecer así porque está funcionando.
También noto que cuando elijo conscientemente tener pensamientos felices, invito a la positividad a mi vida. Verá, nuestras mentes tienen un poder increíble para dar forma a nuestra realidad, y al centrarnos en las cosas buenas con las que hemos sido bendecidos, ya sean relaciones apreciadas, logros personales o momentos de pura felicidad, cultivamos una actitud de gratitud. Simplemente alabar y agradecer a Dios minimiza cualquier cosa que esté tratando de destruir nuestra paz. Entonces, pienso en las cosas bellas y verdaderas. Dejo todos los problemas a Dios.
“Ten cuidado con lo que piensas, porque tus pensamientos dirigen tu vida.”
Proverbios 4:23
Cuando combino la práctica de enfocarme en Dios con tener pensamientos felices, algo verdaderamente transformador sucede dentro de mí y también puede sucederte a ti. Ahora veo el mundo a través de una lente diferente, una que está llena de optimismo y aprecio por las bendiciones de la vida. Como resultado, los sentimientos de depresión se desvanecen gradualmente y son reemplazados por una profunda sensación de satisfacción.
Recuerda que incluso en los momentos más oscuros, siempre se puede encontrar luz cuando nos enfocamos en Dios y tenemos pensamientos felices. Al nutrir estos hábitos positivos dentro de nosotros mismos, podemos superar la depresión y abrazar una vida llena de alegría y satisfacción. Entonces, comienza a confiar en Dios como lo hago yo. En vez de preocuparte reza. Cantar alabanzas a Dios. Lea su palabra. No solo cuando las cosas van mal, sino siempre. Haz de confiar en Dios un hábito y nunca estarás deprimido. No me preocupo porque no tengo lugar para la depresión.
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